Un análisis de los pasos a seguir al momento de iniciar un nuevo plan estratégico.
Cada gestión financiera requiere un plan estratégico, de acuerdo a los recursos en posesión y los objetivos a alcanzar, en un tiempo determinado. Al hablar de la administración de patrimonios altos, es crucial contar con un minucioso análisis previo para una posterior toma de decisiones ajustadas a la preservación del capital y su crecimiento.
Las necesidades y objetivos del inversor es el punto de partida para comenzar; y si bien cada caso requiere un plan personalizado, hay una estructura cuyos lineamientos son relevantes para llevar a cabo, que luego se deben ajustar a cada patrimonio.
El punto inicial de una estructuración, la clave de un plan exitoso
Un enfoque personalizado es uno de los primeros pasos que debe realizar un gestor financiero al momento de buscar la mejor manera de administrar patrimonios. Si bien todas las sumas son importantes, al momento de hacerlo con patrimonios altos, las herramientas a aplicar deben ser aplicadas con mayo detalle.
Identificar necesidades financieras a corto, medio y largo plazo, como así también trazar los objetivos a cumplir es el primer paso a la hora de realizar una gestión. Esta evaluación debe incluir un inventario detallado de activos y pasivos, identificación de ingresos, análisis de deudas – si se tiene-, y los objetivos financieros del cliente.
La recopilación de datos y documentos brindan la posibilidad de poder realizar un análisis detallado para conformar un perfil financiero del cliente y las posteriores acciones a tomar, como así también evaluar la tolerancia al riesgo.
Alternativas para la gestión de altos patrimonios
Una vez que se tiene conocimiento sobre la situación financiera del cliente, se puede realizar una estructuración sobre las herramientas a aplicar. Las estrategias recomendadas son relacionadas con una inversión diversificada.
Las inversiones tradicionales como acciones y bonos; las alternativas como bienes raíces y comerciales y las estrategias fiscales como fondos exentos de impuestos o cuentas de ahorro protegidas, son parte de la estructura para las gestiones de altos patrimonios, con un análisis constante del mercado, para realizar ajustes.
En este sentido, minimizar las obligaciones fiscales y garantizar un crecimiento también debe ser parte del plan. La carga fiscal puede ser menor, creando fideicomisos, contando con activos en distintos países que tengan ventajas fiscales y realizando donaciones bajo planes.
En la misma línea, al tratarse de clientes que enfrentan riesgos altos debido a sus patrimonios, la protección debe estar alineada con el escenario, a través de contar con seguros especializados, como pólizas de vida y salud.
Por último, en esta estructuración, teniendo en cuenta las variables económicas en todo el mundo, es crucial realizar revisiones periódicas del plan para aplicar ajustes si son necesarios, tanto en cuestiones legales como regulatorias.
Al tratarse de un plan de alto impacto, es fundamental tener un frecuente ida y vuelta con el cliente, como así también ser muy minucioso sobre las decisiones a tomar para optimizar todas las oportunidades del mercado.
En cuanto al rol de los asesores financieros, en caso de la planificación de bienes altos, se requiere que la persona que ocupe este puesto tenga conocimientos específicos respecto al tipo de bien.