Los nuevos “blue chips”: sectores inesperados donde los millonarios están invirtiendo

Gráfico conceptual que muestra sectores emergentes de inversión como agricultura regenerativa, salud personalizada, energías limpias, infraestructura digital y exploración espacial, representados con íconos tecnológicos y colores sobrios sobre fondo neutro.

Las empresas que son parte de este concepto están variando, aggiornándose a la época y respondiendo a las necesidades globales.

En el mundo de la inversión, la búsqueda de oportunidades que ofrecen buenos rendimientos y resiliencia ante la volatilidad es una prioridad para los grandes patrimonios. De allí, el concepto  “blue chips”.

Tradicionalmente, los llamados “blue chips” eran empresas consolidadas en sectores como la tecnología, la banca y la energía. Sin embargo, en un contexto de transformación digital, cambios regulatorios y desafíos climáticos, los inversionistas de alto patrimonio están redirigiendo su capital a otros sectores , que eran inesperados.

Los blue chips, el mundo digital y la transformación de las inversiones 

El término “blue chip” es uno de los más utilizados en el mundo de las finanzas. Se utiliza para caracterizar a empresas consolidadas, con una trayectoria sólida, estabilidad financiera y reputación confiable, que son líderes en su sector y ofrecen rendimientos constantes a lo largo del tiempo. 

Durante largos periodos diversos sectores se posicionaron en este concepto, como son bienes de consumo y de manufactura. Pero el avance de la tecnología e innovación cambiaron a estos clásicos, por nuevas industrias, que están en auge.

Es por ello, que hay una transformación de este concepto con nuevos sectores que fueron impensados, donde los millonarios buscan invertir. En este sentido, son seis de ellos los que se destacan.

La agricultura regenerativa y tecnología agroalimentaria logró captar el interés de inversionistas millonarios, debido a la incorporación de la tecnología y la sostenibilidad en el sector. Empresas dedicadas a la agricultura regenerativa y a la automatización de procesos agrícolas se volvieron más “valiosas”  especialmente en áreas como la biotecnología aplicada a cultivos, la producción de proteínas alternativas y la eficiencia hídrica.

La necesidad mundial de seguridad alimentaria y prácticas agrícolas sostenibles está posicionando  a este sector en una nueva apuesta de largo plazo.

La infraestructura digital y data centers también forma parte de esta lista, debido a la demanda de almacenamiento y procesamiento de datos, la inversión en infraestructura digital se ha convertido en un nuevo activo estratégico. El uso de e la nube y la inteligencia artificial impulsaron esta  necesidad  de centros de datos, fibra óptica y conectividad de alta velocidad.

Asimismo, las tecnologías para la longevidad y la salud personal también están en auge entre las blue chip. Por su parte, la industria de la salud atraviesa una gran transformación con la incorporación de inteligencia artificial, el análisis de datos genéticos y la biotecnología avanzada, de allí su atractivo para los inversores. 

Una situación similar sucede con las startups dedicadas a la secuenciación del ADN, la edición genética y la farmacogenómica, que generaron una industria de inversión muy atractiva. Esto está impulsado por quienes  buscan extender la esperanza de vida y mejorar la calidad  con terapias avanzadas.

La sostenibilidad en la construcción y materiales innovadores es otra de las industrias en auge. La transición hacia la construcción sostenible y la descarbonización de los materiales de construcción es otro sector que llama la atención de los inversionistas de alto valor neto.

El concreto con captura de carbono, los materiales reciclados y las soluciones modulares de construcción eficiente reciben capital de fondos privados y firmas de capital de riesgo.

En este escenario, también se posicionan las energías limpias y almacenamiento de energía. La inversión en energías renovables no es nueva pero actualmente  los millonarios están enfocándose en tecnologías innovadoras dentro del sector, como el almacenamiento de energía a gran escala y la producción de hidrógeno verde. 

También, la apuesta por baterías de nueva generación y tecnologías de almacenamiento térmico crecieron a gran escala  con startups emergiendo como actores clave en un mercado que estaba dominado por gigantes energéticos. 

Por último, entre las blue chip se colocan las inversiones en el espacio y exploración comercial. Este sector  estuvo reservado al sector gubernamental, pero ahora es parte de una industria comercial en constante crecimiento. 

Desde empresas de lanzamiento de satélites, turismo espacial hasta las dedicadas a la minería de asteroides son foco de  inversiones de multimillonarios,  que ven en el espacio la próxima frontera de oportunidades.

De esta forma, las “blue chips” están evolucionando a medida que los inversionistas de alto patrimonio buscan sectores con alto potencial de crecimiento y resistencia ante las disrupciones económicas.

En este sentido, el especialista financiero Fernando Boudourian, indica que  no hay inversión sin riesgo, pero sí formas de mitigarlo y la elección de las blue chips es una de ellas.