Cuáles son las lecciones aprendidas para aplicar tras crisis financieras para la protección patrimonial

Las dificultades económicas mundiales trazaron un camino para las futuras respecto a qué medidas tomar. 

Desde la Gran Depresión de los años 30 a la Gran Recesión y la actual crisis iniciada en 2020 tras la pandemia del coronavirus, la economía mundial atravesó crisis financieras que expusieron vulnerabilidades y que llevaron a detectar errores comunes que se realizaron para sobreponerse a la situación.

En este sentido, dejaron ciertas enseñanzas que desde pequeños inversores hasta los más grandes deberían tener en cuenta ante un escenario similar, para minimizar las pérdidas futuras. 

Cómo accionar ante las crisis

Todas las crisis económicas son distintas, y las acciones a tomar son relacionadas con el contexto y necesidades de los países que la atraviesan. Sin embargo, hay herramientas que a lo largo del tiempo se posicionaron para ser aplicadas ante dificultades económicas, que dieron resultados favorables. 

Aplicar una diversificación es hablar de la reducción de riesgos. Por ello, se ha convertido en una de las opciones para que el capital no esté en un solo sector, ya que podría ser devastador en la pérdida del patrimonio. 

Invertir en diferentes sectores ha sido la demostración de que se obtiene una mejor posición ante la adversidad económica. Contar con una cartera bien equilibrada es fundamental.

En la misma línea, mantener suficiente liquidez es una necesidad ante las crisis. Tener una reserva líquida no solo permite hacer frente a gastos inesperados, sino que también ofrece la flexibilidad de aprovechar oportunidades que suelen surgir en mercados deprimidos.

Durante la pandemia del coronavirus esto quedó más que comprobado, ya que muchas empresas se vieron obligadas a cerrar debido a la incapacidad de cubrir costos fijos mientras los ingresos se evaporan. Los gestores  ahora enfatizan la importancia de tener un “colchón de efectivo” equivalente a entre tres y seis meses de gastos operativos o personales.

En este sentido, otra de las lecciones aprendidas tras las crisis atravesadas es evitar el endeudamiento excesivo, la recomendación es que sea manejable por dejando del 30 y 40%

de los ingresos disponibles, puede marcar la diferencia entre la supervivencia y el colapso durante períodos de contracción económica.

La evaluación del riesgo sistémico, que es otro de los aspectos a tener en cuenta ante las crisis. Los inversores deben evaluar no solo los riesgos de sus activos específicos, sino también el contexto macroeconómico y las posibles conexiones entre mercados. De aquí, la importancia de trabajar con asesores financieros experimentados que pueden aplicar estrategias adaptadas a la situación. 

Otra de las recomendaciones que ganó gran peso en la última década es realizar inversiones en activos considerados “resistentes ante las crisis”. Los bonos soberanos de alta calidad, los bienes raíces en ubicaciones estratégicas y los metales preciosos como el oro, son las opciones “históricas”. Pero a esto se le suman las criptomonedas, como la más actual alternativa. 

Por supuesto que un pilar fundamental en estos casos de inestabilidad económica es contar con una educación y planificación fiscal y financiera, para contar con una preparación ante lo imprevisible.  A este factor se le suma la cuestión emocional, para evitar tomar decisiones precipitadas ante una presión por una posible pérdida. 

Si bien es imposible tener predicciones precisas en cuanto a cuándo y cómo será la próxima crisis económica, lecciones aprendidas del pasado pueden marcar el camino a recorrer.

Diversificación, liquidez, endeudamiento prudente, análisis de riesgos sistémicos e inversión en activos sólidos son pilares significativos de cualquier estrategia patrimonial.